Algunas ideas sobre los errores y propuestas para el acompañamiento en casa.
Es posible que, como nunca antes, estemos transitando largas horas con nuestros hijos. Es un tiempo que no se compara en nada con vacaciones pasadas, tiempos de licencia por cuestiones de salud, fines de semana o feriados. Esos tiempos de descanso con nuestros hijos estaban acompañados de visitas familiares, paseos y probablemente mucha más paciencia que este “nuevo y diferente tiempo”.
Muchas madres y padres tal vez hasta hayan podido conocer características y modos de funcionamiento de sus hijos que hasta el momento eran desconocidos o sólo conocidos a través de las seños y profes que relataban cómo se relacionaban o como prestaban o no prestaban atención en clase.
Estos mismos padres y madres, entre actividades personales y laborales se encuentran frente al enorme desafío de estar al lado (ahora físicamente) de los niños, al leer una consigna o enfrentar una situación problemática de matemática. Y más aún, ahora, son ellos los testigos privilegiados de cada proceso de aprendizaje, por momentos cargado de dudas e incluso de errores.
¿Errores? Sí, es fácil decir que el error es una parte importante del aprender. Pero a veces nos cuesta mostrar nuestros errores. Y cuánto más puede costarnos mostrar los errores de nuestros hijos. Pero acá no estamos hablando de la valoración personal de los niños en sí. Eso es indiscutible. Ustedes los aman más que a nada en el mundo y nosotros como comunidad educativa los queremos y respetamos.
Todo este tema nos lleva a poder decirles a ustedes papá, mamá, abuelos que están acompañando a los chicos y chicas a hacer las actividades que desde el colegio les estamos enviando, que los alumnos puedan hacer las propuestas cada vez con mayor autonomía y en función de sus posibilidades. Para los maestros es muy importante poder conocer por dónde pasan las dificultades y los logros al momento de seguir preparando las tareas. Desde el inicio de la lecto-escritura hasta cualquier razonamiento más complejo de séptimo grado, todos los procesos tienen un tiempo y los docentes son los expertos para guiarlos en ese camino. Si lo que mostramos es que nuestros hijos están en un lugar diferente del que verdaderamente se encuentran, difícilmente el docente pueda ayudarlos a llegar a destino.
Les acercamos estas reflexiones para pensar juntos en el acompañamiento que cada uno está llevando adelante con sus chicos y chicas, y que éste pueda servirse de esos errores o confusiones frente a la tarea para favorecer el proceso de aprendizaje que hoy, de forma tan inesperada e insólita, debemos acompañar desde casa. Sosteniendo el rol que a cada uno nos convoca en la tarea, lograremos que el aprendizaje resulte significativo para cada niño, niña, y adolescente.
Equipo de Orientación Escolar